Guns NRose en Argentina
Parece mentira, pero ya pasaron cinco años desde que Axl Rose y Slash pisaron juntos un mismo escenario en Argentina. Era un regreso tan esperado que las entradas para el show del viernes a la noche en River se agotaron rápidamente, sumando unas 60-65 mil personas.
Para completar el sonido original de Guns N’Roses, también vinieron dos integrantes históricos del grupo: el bajista Duff McKagan y el tecladista Dizzy Reed. También estaban en el escenario Richard Fortus en guitarra rítmica, además del baterista Frank Ferrer, que toca con Axl desde el 2006.
Puntualidad perfecta
A diferencia de las largas esperas de otras visitas, esta vez el recital comenzó con puntualidad perfecta: a las 21 horas se proyectó un video en las pantallas gigantes, que desembocó en la frase el off «Please welcome…» Guns N’Roses en River 2022. Foto gentileza DF
Comenzó a sonar It’s so easy, el primer tema de casi tres horas de show, y nadie lo podía creer. Era Guns N’Roses en vivo, con Axl y Slash, en pleno 2022. El cantante arrancó con la voz muy fría, pero con el pasar de los temas fue entrando en calor. Su voz es una sombra de lo que era hace tres décadas, pero sigue convenciendo y transmitiendo con convicción.
Axl estaba vestido con un jean roto, botas y varias remeras que fue cambiando cada dos o tres temas, hasta que promediando el concierto se puso un saco negro brillante. Su cara guarda una lejana similitud con aquel flaquito reventado de sus comienzos en Los Angeles, y lo que no arruinaron los excesos lo hizo el botox y un entretejido a la antigua.
Pero bastó verlo cantar meneándose y jugando con el pie del micrófono, o correr de un extremo del escenario al otro, para darse cuenta que sin dudas era Axl Rose, aunque su cara parecía la de Michael Myers.
Slash, en cambio, lució como siempre: galera negra, largo pelo enrulado y camisa desabrochada hasta el ombligo. Fue el sostén de la banda, con un solo de guitara mejor que el otro, todos con inventiva, originalidad y un sonido indiscutiblemente propio. Guns N’Roses en River 2022. Foto gentileza DF
En todos estos últimos años, Axl vino tres veces al país sin Slash, y no fue lo mismo. Y Slash vino media docena de veces con su gran banda, pero la magia que logra conjurar es otra. Juntos, como la vieja dupla de los cines, son dinamita.
Los primeros temas
El segundo tema fue recibido con una ovación: Mr. Brownstone, al que siguió un más discreto aplauso para Chinese democracy, del famoso álbum homónimo que Axl Rose tardó 10 años en entregar a su compañía discográfica.
Cuando terminar de tocar el tema, Axl habló con un traductor al lado (al mejor estilo del Vélez de 2010). Primero preguntó cómo la estaban pasando, y luego pidió que por favor todos dieran un paso atrás porque los fans de las primeras filas se estaban aplastando. «People in front are getting smashed», dijo.
Solucionado el inconveniente, a los pocos minutos llegó un tema donde se lo vio de muy buen humor al cantante, casi feliz ante la imagen de un estadio de fútbol a sus pies.
Enseguida, el inconfundible riff de guitarra de Welcome to the jungle, que todo River reconoció de inmediato. En ese tema Axl pegó su primer grito característico agudo, que la gente festejó como un gol de su equipo favorito.
Más hits y ovaciones
Después de Reckless love hubo una gran zapada sin la presencia de Axl, que ingresó para el inicio de Double talking jive, que tuvo un tremendo solo final de Slash. Guns N’Roses en River 2022. Foto gentileza DF
Bien pegado, arrancó Live and let die, la gran versión de Guns N’Roses del viejo hit de Paul McCartney con Wings. La gente lo disfrutó tanto que hasta tarareó el punteo de guitarra, al mejor estilo Ji ji ji.
Siguieron Estrangled, Shadow of your love y Rocket queen, este últmo con una manguera pegada al micrófono para que su voz pasara por un talk-box, cual Peter Frampton.
U could be mine fue reconocido casi al primer golpe de batería, y de pronto el estadio de iluminó con pantallas de celulares encendidas porque sus dueños estaban filmando el tema. «Thank you, gracias», dijo Axl Rose. «Recién estamos entrando en calor,» remató y presentó a Duff, que luego cantó Attitude.
Pasaron Absurd, High school, Civil war (Slash con guitarra de doble mango) y Sorry, hasta que llegó otro de sus mayores hits, Sweet child o’mine. Cuando terminó llegó el momento de presentar a la banda, incluyendo a la noveta Melissa Reese.en teclados y coros, y por supuesto que el guitarrista recibió una enorme ovación.
Cerró este tramo poderoso otro hit, November rain, con Axl sentado al piano de cola.
Rumbo a los bises
El show cerró con clásicos: Knocking on Heaven´s Door, Nightrain y la acústica Wichita Lineman. Pero aún faltaban los bises.
Con el estadio en llamas, el grupo volvió para hacer Coma, la célebre Patience (con cita al Blackbird de los Beatles en su comienzo), Don´t Cry, The Seeker (de The Who) y el espectacular cierre con Paradise City.
Así volvió Guns a la Argentina. En los papeles fue su octava visita, pero en la realidad (tal como confirmó el enorme poder de convocatoria) fue la quinta. Por lo visto anoche, solo vale contar cuando están Axl y Slash a pleno, como en 1992-1993 y 2016-2017. Las demás visitas no cuenta.