Denuncian una nueva condena a muerte a un manifestante y la posible ejecución de otro
La organización no gubernamental Amnistía Internacional denunció este domingo que un manifestante iraní fue sentenciado a muerte y que otro corre podría ser ejecutado en el marco de los procesos judiciales iniciados en Teherán contra los detenidos en las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, quien había sido demorada por llevar mal colocado el velo sobre su cabello.
La delegación de Amnistía en Irán reveló en su cuenta en Twitter que las autoridades dispusieron sentencia sobre Sahand Nurmohamad-Zadeh, un joven condenado a muerte por «derribar barandillas de carreteras y prender fuego a cubos de basura y neumáticos» durante una protesta, lo que fue interpretado como un intento por «perturbar la paz y enfrentarse al Estado Islámico».
Esa sentencia a muerte fue dictada tras un «simulacro de juicio exprés», indicó Amnistía y recordó que el acusado había sido detenido el 23 de septiembre, en la segunda semana de las protestas, según la agencia EuropaPress.
Su abogado subrayó ante el tribunal que las imágenes utilizadas como prueba no lo muestran prendiendo fuego a contenedores de basura o derribando barandillas.
Amnistía también advirtió que las autoridades iraníes se preparan para ejecutar al manifestante de 22 años Mahan Sadrat Madani solo un mes después de «un juicio manifiestamente injusto» ante un Tribunal Revolucionario en Teherán el 3 de noviembre.
Y, alertó que este muchacho fue llevado el domingo a la prisión de Raja’ai Shahr en la ciudad de Karaj, «lo que genera la preocupación de que su ejecución es inminente».
Según la denuncia de Amnistía, el joven manifestante fue condenado a muerte por supuestamente usar un cuchillo para atacar a una persona, incendiar una motocicleta y dañar un teléfono móvil pese a que en su comparecencia, el joven negó repetidamente haber atacado a nadie.
Amnistía remarcó que estas condenas configuran «un atentado terrible contra el derecho a la vida y una flagrante violación del derecho internacional que prohíbe el uso de la pena de muerte por delitos que no impliquen homicidio doloso».
La Guardia Revolucionaria de Irán confirmó la semana pasada que más de 300 personas han muerto desde el inicio de las protestas contra la muerte bajo custodia de Amini, presuntamente por llevar mal puesto el velo, en el que supuso el primer balance oficial desde el inicio de las movilizaciones.
Amnistía sostiene que son más de 400 muertos los generados por la represión por parte de las fuerzas de seguridad iraníes.