«Si seguimos con la emergencia agropecuaria como está es un mero título, no sirve», advierten desde Entre Ríos
Por tercer año consecutivo, el fenómeno climático azota buena parte del país. Entre Ríos es una de las provincias afectadas en las distintas explotaciones agropecuarias. Matías Martiarena, Vicedirector del Distrito Tres de la Federación Agraria Argentina, habló sobre un tema que preocupa y mucho. Lo hizo en un campo de Costa Uruguay Norte (Departamento Gualeguaychú), en horas de la tarde del martes, cuando el sol pegaba más fuerte.
Tierra arrasada, pasturas a las que les queda el nombre. Lotes de soja, maíz y sorgo que requieren de precipitaciones en forma urgente. El Federado dijo que “hay que buscar herramientas que ayuden en situaciones límites como las que nos toca vivir. Se han presentado proyectos que parecen haber sido cajoneados”. Señaló que la provincia pasa por una situación límite y que en muchos lugares debería declararse el Desastre Agropecuario.
Las grietas aparecen en todos los sectores del campo. En algunos puntos más pronunciados y extensos que en otros. Sin exagerar, un zapato de trabajo, un borceguí se pierde en las rajaduras que tienen una profundidad importante. El viento formaba remolinos que levantaban tierra únicamente.
Matías Martiarena dijo que “hasta es peligroso recorrer los campos a caballo por las rajaduras que se encuentran en todas partes. Las praderas están muy mal y la calidad deja mucho que desear. Lo único que nos queda es cortar, hacer rollos y esperar que llegue una lluvia con un buen volumen que nos permita paliar la situación”.
Explicó que “el sorgo es el puente que tenemos hasta el otoño, pero está muy complicado, además la toxicidad que genera en los animales en el caso de querer echarlos al lote. Hoy no podemos entrar porque tiene alto tanino, algo que se agrava con el elevado stress hídrico”.
Recordó que “estamos padeciendo por tercer año consecutivo una sequía feroz y si en los próximos 3 o 4 días no llueve se van a perder los maíces implantados en su totalidad y habrá que evaluar la posibilidad de ensilarlos”.
Indicó que el hombre de campo arriesga permanentemente y está el caso de “productores que seguramente van a sembrar o lo están haciendo soja en la pequeña ventana que les va quedando, aunque el perfil del suelo no cuenta con la mínima humedad que se requiere. Sembrar en estas condiciones es un riesgo enorme a la espera de alguna precipitación. Estamos hablando de que necesitamos unos 200 milímetros para que esta caótica situación tienda a normalizarse. No se soluciona con 20 milímetros las rajaduras que se aprecian en todos lados. Ese milimitraje se lo chupa en un rato. Hay que tener en cuenta las altas temperaturas y el fuerte viento que reduce a la nada misma las pequeñas lluvias que hemos tenido en el sur entrerriano; mientras que, en otros puntos, el norte de la provincia contra la costa del Paraná, la situación es aún más grave, zona en la que tendríamos que hablar de desastre agropecuario. En el sur hemos tenido algunas leves precipitaciones; mientras que en muchos lugares nada y la situación es de extrema gravedad”.
Señaló que en tres años de sequía “hemos realizado infinidad de propuestas al gobierno provincial como seguro anticíclico, multiriesgo, algo que no sea lo mismo de siempre. Se han presentado proyectos, como el diputado provincial Nicolás Mattiauda sobre un fondo anticíclico en su momento que posiblemente haya perdido estado parlamentario. Necesitamos herramientas que le sirvan al chacarero de los cuales muchos tienen IVA técnico, es decir un montón de plata en IVA que debería pasar a libre disponibilidad y de esa manera afrontar una serie de impuestos y obligaciones. También terminar con la burocracia, porque en lo que va del año hemos hablado con el Ministro de Economía y Producción Ballay para que se acelere el pago de la emergencia anterior que todavía no se ha concretado, cuando estamos por entrar en otra, lo que nos da pocas esperanzas de que las cosas se reviertan y en el mientras tanto, la producción y las esperanzas se evaporan con la sequía.
Sostuvo que “si seguimos con la emergencia agropecuaria como está ahora es un mero título, porque tuvo una prórroga del Impuesto Inmobiliario Rural que se está pagando ahora que no a todos los productores les sirve porque el 70% trabajan por el sistema de arrendamiento. Quedando claro que hay que buscar otro tipo de herramientas porque queda más que claro que esto no sirve”, puntualizó el Federado.
Dijo que “los 500 millones de pesos para el fondo de emergencia que tiene el país no sirven para nada, máxime con el momento económico que vive Argentina”. Destacó que en “buena parte de Entre Ríos, amén del peligro que corren los cultivos, se ha podido sembrar; mientras que en otra parte del país no se ha podido hacer nada. Solo se ha hecho, a esta altura del año, el 70% de soja con un estado deplorable de la oleaginosa por la seca. En la zona, sur de Entre Ríos, a esta hora, 14, uno la mira y está dada vuelta la hoja, lo que nos indica una merma de productividad”. Señaló que la situación es drástica y no da lugar para muchos análisis, además el gobierno no puede perder más tiempo analizando qué lugar está más seco que otro».
Referente a la ganadería indicó que “la situación es dramática, particularmente aquellos que trabajan con aguadas naturales que han desaparecido quedando rajaduras en lugares que había una laguna, un bañado, un tajamar, un arroyito. En provincias cercanas como Santa Fe hacen más de 50 kilómetros para conseguir 10.000 litros de agua. Estamos evaluando no hacer servicio y esperar hasta febrero, cambiando, en forma obligada, todos los esquemas de producción.”
El tambero
Señaló que quienes se dedican a la lechería se “comieron todas las reservas, el pasto que les queda es muy poco y los rindes, a la hora del ordeñe, bajan considerablemente y no queda otra que suplementar con un costo enorme. Por otro lado, las reservas que tendrían que estar efectuándola no las pueden llevar adelante». Fuente: FAA Entre Ríos